Bravoleum

Aceites Hacienda el Palo nace en Jaén, donde el olivo crece entre sol y brisa serrana. A fuerza de cosechas tempranas, mimo artesanal e I+D constante, la casa se ha ganado un lugar entre las cinco bodegas de AOVE más reconocidas del mundo. No lo dicen ellos: lo avalan catas internacionales y paladares exigentes.

Para la firma, el aceite de oliva es mucho más que un ingrediente; es un pasaporte directo al placer sensorial. Por eso solo recolecta aceituna en su punto exacto de envero (octubre), extrae el jugo con procesos mecánicos y deja reposar cada lote como si fuera un gran reserva. El resultado es un Picual de carácter rotundo, alto en polifenoles y ácido oleico, capaz de levantar cualquier plato… o animar un simple trozo de pan.

Hoy sus botellas viajan por medio planeta—de tiendas gourmet a cadenas premium—adaptándose a los gustos locales sin perder ni un ápice de esencia jiennense. Detrás hay una obsesión clara: mantener la calidad en lo más alto mediante investigación, control de bodega y un rigor casi monástico.

Quien descorcha un AOVE de Hacienda el Palo no solo aliña una ensalada; firma un pacto con la gloria líquida