Una tabla de madera, jamón de bellota 100% ibérico, un queso curado de sabor intenso y buena compañía. Muchas veces no se necesita más para ser feliz.
En Don Ibérico apostamos por la excelencia y el sabor en todos nuestros productos, ya sean de fabricación propia o no. La cercanía, el fomento de la sostenibilidad, la producción artesanal, lenta y cuidada y el uso de productos naturales de nuestra tierra son nuestras guías en este viaje para ofrecerte los mejores sabores de la región.
Una vida de amor al queso
El queso es uno de los alimentos más venerados en todo el mundo. Hay concursos mundiales al mejor queso de la región, del país, del mundo. (Casi) todos los pueblos tienen sus propios quesos, más o menos cuajados, de un animal o de otro, con unas características diferentes según la geografía, el clima y la fauna local.
Son muchos los países conocidos mundialmente por sus quesos, que han atravesado fronteras con sus sabores característicos hasta hacerse un nombre propio: el brie francés, el parmesano o la mozzarella italiana, o el manchego español son claros ejemplos de ello.
Sin embargo, que sean los más conocidos no significa que sean los mejores. Y es que hay grandes tesoros escondidos en toda la geografía española que, aunque no tengan (¡de momento!) ese reconocimiento internacional, destacan por su sabor, textura y aroma.
Es el caso de la fábrica de quesos de La Antigua, quienes situados en Fuentesaúco (Zamora), elaboran quesos con leche cruda de oveja de forma artesanal, con el mimo y cuidado de antaño.
Un queso para cada ocasión
En Don Ibérico te ofrecemos tres tipos de quesos para que hagas las mejores tablas de embutidos, con los mejores productos y el mejor sabor. Toma nota y elige el que mejor se adapte a ti:
Vellón de Fuentesaúco - Queso de oveja añejo D.O.P Zamorano
Con una maduración de más de 12 meses, este queso fabricado con leche cruda de ovejas Churra y Castellana, dos razas autóctonas de la provincia, destaca por su calidad e intensidad de sabor.
Bajo la Denominación de Origen Protegida, este queso nos conquista con su corteza natural de color pardo y su pleita marcada y definida bañada en aceite de oliva durante la maduración. Como resultado, una pasta firma y compacta de color marfil amarillento con un aroma y sabor genuino propio, desarrollado y persistente al paladar.
Para consumirlo, hazlo a temperatura ambiente y huye del típico corte de la cuña y rómpelo en pequeños pedazos para poder apreciar bien su sabor, aroma e intensidad. Acompáñalo de unos picos de pan y de unas finas rodajas de lomo ibérico para tener una experiencia completa.
Queso de oveja curado tartufo
La fusión perfecta entre la trufa italiana y la leche zamorana. No tiene nada más: queso curado y un 1% de trufa italiana. Sin aromas artificiales, sin potenciadores del sabor, sin aceite. No le hacen falta.
Con una textura mantecosa, soluble y algo adherente, este queso elaborado con trufas procedentes del Piamonte Italiano se presenta con una corteza de color pardo y una pleita bien definida.
A la hora de comerlo, hazlo siempre a temperatura ambiente y rómpelo debajo de la nariz. Disfruta del aroma, siente el olor y una vez lo metas en la boca, deja que se caliente un poco para exprimir al máximo el sabor de la trufa con el queso curado.